Cuando tienes un blog (no importa de que género) perteneces a una comunidad de personas que siguen y disfrutan lo mismo que tu, platicas con personas desconocidas que se vuelven tus amigos virtuales (hasta que llegas a conocer a algunos personalmente), compartes tus gustos, aventuras y enseñanzas con personas de todo el mundo y sin darte cuenta, influyes en la vida de alguien que se siente identificado con cualquier publicación. El punto de tener un blog es compartir. Expones todo en la web con la ilusión de que los demás acepten lo que planteas…